Hace
demasiado calor. El verano más caluroso en veinte años en
Montevideo según dicen. Sudas por lugares que ni siquiera sabías
que tenías y no sabes si lo que cae de los ojos son lágrimas o
sudor. La calle está imposible antes de las dos de la mañana. El
pavimento despide más calor que la estufa eléctrica que uso para
pasar el invierno. La cerveza está cruda, las personas pegajosas y
para colmo a diferencia de otros años, la gente no se fue de
Montevideo.
En
este contexto es que llega 'La vida de Alguien' el nuevo disco de La
Foca como una tormenta de verano destinada a bajar quince grados la
temperatura, alejando el clima tropical y permitiendonos volver a
respirar un rato. Como en sus últimos discos, Dos mentes son el
mundo y Vos lejos de vos, La vida de alguien está cargado de una
melancolía honesta, lejos de las falsas afectaciones, que genera una
empatía con sus canciones a primera escucha. Es imposible no
recordar al cuasi perfecto 'Una semana en el motor de un autobus' de
Los Planetas en los primeros acordes que abren el disco. Ese pop
noise de cadencia lenta, de guitarras repetitivas, con líneas de
bajo que desde el fondo van tejiendo los hilos para que la canción
se forme y anticipa melodías. Sin embargo conforme avanza el disco
empezamos a ver las otras claras influencias de la banda como Yo la
tengo o incluso la época más guitarrera de The Cure. Si bien la
melancolía y la tristeza recorren el disco, hay cierta alegría en
esta tristeza que se va dejando ver entre las canciones con pequeños
picos. Bichitos de luz en medio de un campo a la medianoche. Si no
recuerdo mal a Wayne Coyne en una entrevista hace unos cuantos años
le preguntaron si estaba feliz y su respuesta fue 'Si, pero si no lo
estuviera no veo cual sería el problema, hay veces que uno está
triste y está bien también. No entiendo a la gente que está feliz
o triste todo el tiempo. A veces estoy triste y aprendí a disfrutar
esos momentos también'. La Foca no son unos pibes, tienen muchos
años en esto, son unos veteranos que aprendieron a abrazar esa
tristeza, que por cierto es muy típica del uruguayo, y desde ese
punto conformaron su universo letrístico y musical.Por lo general,
lejos de ser planeado, en la música hay canciones que sin que te des
cuenta alcanzan lugares que no esperabas que tocaran, que te hacen
sentir incómodo, enojado, triste, nostálgico, o simplemente te
paralizan. Te agarran de costado, con la guardia baja y antes que te
des cuenta te ganaron, pasaron las barreras y tocaron ese punto en el
medio del pecho que no tenían que tocar. Es ahí cuando te acordas
de aquel amigo que hace años que no ves, o de esa piba a la que
tendrías que haber mandado a cagar, pero sin embargo la extrañas. O
recordar los ingenuos planes que tenías de adolescente y reírte
solo por dentro, con la canción. Es muy curioso como las canciones
pueden funcionar como activadores de la memoria. Son pocas las que lo
logran. Y en La vida de alguien hay varias de estas. Mascis de
Dinosaur Jr. una vez dijo 'Un día me di cuenta que soy muy bueno
deprimiendo a la gente', en este caso la adaptaría a La Foca con un
'Un día nos dimos cuenta que eramos muy buenos generando nostalgia
en la gente'. Es que cada uno de sus discos evoca una cantidad enorme
de recuerdos. Son retrospectivas que arriman imagenes perdidas en la
mente. Desde las primeras postales de la niñez, a los miedos y
ansiedades de la adolesencia. Desde los fracasos amorosos a esas
pequeñas victorias personales. Desde esa gente que tuvimos que ver
irse y los que por suerte todavía siguen acá. Todo este juego
continuo que la banda hace con los recuerdos, se ve muy bien
reflejado en el arte del disco. La tapa es una foto al estilo
Polaroid que muestra a un niño, por cierto muy parecido a Federico
Gonzalez cantante de la banda, en un campo, probablemente de
vacaciones. Como una foto de nuestra niñez encontrada en el fondo de
una caja después de un par de mudanzas. El detalle más importante
es que la foto, muy sútilmente, está quebrada. El ser quebrado, dos
seres que son uno pero en distintas temporalidades. El encuentro
cara a cara de el ser adulto con el niño que fue, esa persona ya no
es más. La tormenta de recuerdos que vienen uno atrás de otro,
como balas, disparados por una foto.
La vida de alguien, alguien que fue, pero ya no es más y es tan ajeno como la señora sentada enfrente en el 141. Eso es La vida de alguien. Una bocanada de aire frío y nostálgico en medio del verano más caliente en 20 años. Gracias.
La vida de alguien, alguien que fue, pero ya no es más y es tan ajeno como la señora sentada enfrente en el 141. Eso es La vida de alguien. Una bocanada de aire frío y nostálgico en medio del verano más caliente en 20 años. Gracias.
El disco fue editado por Yo no fui doña y puede conseguirse en Montevideo en 4 Tintas o escribéndoles a hoytocalafoca@gmail.com. En su bandcamp pueden escucharse los primeros tres temas que abren el disco: http://lafoca.bandcamp.com/la-vida-de-alguien