domingo, 4 de mayo de 2014

El secreto a voces de Carcosa



Para encontrar alguna verdad esencial sobre el sur norteamericano vas a tener que buscar debajo de las piedras”
. Esto es lo que se lee en letras blancas sobre fondo negro al final del trailer de Searching for the Wrong-eyed Jesus, documental de 2003 sobre una escena invisible, enterrada en los pantanos de Louisiana. Dependiendo de la fuente, se le suele llamar dark country, goth americana o folk noir. T-Bone Burnett, desde su posición de productor y compositor para cine y televisión, ha sido uno de los principales impulsores de este género algo hermético. Para quienes no lo conocen, T-Bone Burnett es un músico norteamericano que, entre otros, produjo a Roy Orbison, Los Lobos, Elvis Costello, Robert Plant, Willie Nelson y BB King. Su trabajo como compositor para cine comenzó con la banda sonora de la que sería
la película más icónica de los hermanos Coen, El gran Lebowski. El conocimiento de Burnett de la música folk y country fue la pincelada definitiva que la obra de los Coen precisaba para convertirse en clásica. A partir de esta película trabajó con ellos en The Ladykillers (espantosamente traducida para Latinoamérica como El quinteto de la muerte) y en una de las mejores de su carrera, la que lo hizo merecedor de cuatro Grammys, O Brother, Where art thou? (¿Dónde estás, hermano?). Más allá de los Coen, con quienes la asociación incluye además la reciente Balada de un hombre común, en 2004 Burnett ganó un Oscar a Mejor Canción por “Scarlet Tide”, de Secreto en la montaña, dirigida por Ang Lee, y en 2010, un Globo de Oro por Crazy Heart, film sobre un viejo cantante de country caído en la ruina, interpretado por un gran Jeff Bridges. Si recorremos las películas y series en las que Burnett ha trabajado, salta a la El secreto a voces de Carcosa vista que su campo de especialización es la música tradicional norteamericana, sin sobresaltos, canciones típicas, especialmente sureñas. Hasta que llegó 2014 y con él, su trabajo en la serie True Detective de HBO. Protagonizada por Woody Harrelson y Matthew McConaughey, se sitúa en los pantanos de Louisiana, donde un conjunto de crímenes y desapariciones lleva a dos detectives a enfrentarse con una fuerza tan oscura que parece estar en el mundo desde el comienzo de los tiempos. El trabajo de Burnett para esta serie hubiera sido muy fácil; perfectamente podría haber utilizado su arsenal de canciones: blues, country, gospel y bluegrass norteamericano. Pero no, el hombre no quiso hacerse las cosas tan simples. Lo más interesante de la banda sonora de True Detective es que pudiendo apelar únicamente a la música esperable, no lo hace. Burnett logra mezclar distintos timbres sonoros a lo largo de los capítulos, intercalando canciones psicodélicas de guitarras distorsionadas, con melodías llenas de banjos y mandolinas. Es así que aparecen The Melvins, Young Men Dead, Bob Dylan, John Lee Hooker, The 13th Floor Elevators, Lucinda Williams, Grinderman y Wu-Tang Clan, entre otros. Artistas que listados de esta manera parecen completamente disociados, como un experimento que sabemos que va a terminar mal. Sin embargo, como en todos los experimentos, siempre las cosas pueden sorprendernos. El resultado de esa música asociada a las imágenes de esas tierras misteriosas nos da una unidad que funciona a la perfección. Es que aunque mucho se ha hablado de las actuaciones, la dirección y el guion, ésta es uno de los principales responsables de la atmósfera de la serie. Carcosa —la oscuridad, lo ominoso— está en la música, en ese clima de una pasividad terriblemente violenta, un mal latente que nunca se deja ver del todo, pero siempre está ahí, flotando. Ése es el gran logro de Burnett. Una muestra de esto es la elección de la canción “Far From Any Road”, del dúo Handsome Family. La canción apela a timbres de la música tradicional norteamericana pero, lejos de alabar a Dios o a los camioneros, se hunde en profundidades donde la luz del sol es casi un milagro. No es coincidencia que este dúo sea el encargado de los títulos de apertura, ya que es uno de los principales referentes del género situado en Louisiana.
El dark country o goth americana es poco conocido y rara vez mencionado. Se pueden rastrear sus raíces en los inicios del country. Canciones sobre ladrones, asesinatos, violaciones y la vida salvaje. “Es el problema de vivir en un lugar abandonado por dios, donde no hay nada para hacer. La única diversión es delinquir el sábado y el domingo de mañana ir a la iglesia a rezar”, comenta un preso de un pueblo de Louisiana en el documental Searching for the Wrong-eyed Jesus. Poco a poco, mientras iba ganando masividad, el country más ortodoxo dejó de lado esos tópicos para concentrarse en los desamores y los bares. Dejó de hablar del asesinato de Peggy Sue y pasó a hablar del camionero que viaja por la ruta, parando a tomar whisky, luego de que su mujer lo dejó. El dark americana, por otro lado, no quiere contarnos esa historia. Prefiere concentrarse en el periplo de la adolescente que el camionero, mientras se relamía, levantó en la ruta. Esa adolescente que probablemente no llegue a su casa. El movimiento tomó fuerza en los 80 cuando comenzó a mezclarse con elementos de la música industrial, incorporando sonidos nuevos a los típicos del género. La búsqueda esencial siempre fue el rescate de esa aura mística heredada del gospel y de la música religiosa. En las letras de estos grupos son recurrentes las menciones al ocultismo y al neopaganismo desarrollado por los habitantes de los pantanos. El sexo casual, el pecado original y la muerte también son temas transitados con frecuencia. Sacrificios humanos, asesinatos y vidas sin otro propósito que servir a una fuerza mayor que muy lejos está de la bondad. Y sin ser moralistas, tampoco caen en la apología del delito. Como diría Rust Cohle, el inolvidable personaje de la primera temporada de True Detective: “No me importa ser el malo, el mundo necesita de nosotros. Somos los que mantenemos a los otros malos lejos de la puerta”. Hay algo en la zona, ese mismo algo que Burnett logró encapsular en una banda de sonido y con la cual logró estremecer a miles de televidentes de todas partes del mundo. Carcosa ya es parte del pasado, pero el sentimiento sigue ahí, el olor y su sonido están ahí, en el aire.

Arqueólogo del delta
Joseph Henry Burnett, T-Bone, nació en St. Louis, Missouri, en 1948, y fue criado en Texas. A los 20 años comenzó a trabajar como productor grabando bandas de country. Su talento como músico en The B52 Band no pasó desapercibido y a los 27 fue guitarrista de Bob Dylan en su gira Rolling Thunder Revue. Luego formó la mítica Alpha Band con varios de los músicos de ese tour. En 1980 editó su primer disco solista, Truth Decay, en el cual se nota una búsqueda de las raíces más profundas del blues. En 1982 se fue de gira junto a The Who, siendo el encargado de abrir sus shows. Al día de hoy ha editado diez álbumes, todos aclamados por la crítica pero muy lejos de la popularidad. Como productor fue ampliamente premiado por dar forma a discos de Sam Phillips, Elvis Costello, BB King, Diana Krall, Jakob Dylan y Tony Bennett. En cine sus trabajos más exitosos fueron la banda sonora de Crazy Heart y de ¿Dónde estás, hermano? Polifacético y multiinstrumentista, es reconocido por acercar géneros tradicionales a una audiencia masiva.

(Nota publicada en Lento, Mayo, 2014)