“When
I'm at the pearly gates
This will be on my videotape, my videotape…”
This will be on my videotape, my videotape…”
“…This
is one for the good days
and I have it all here
In red, blue, green…”
and I have it all here
In red, blue, green…”
Esta nota es de fines del 2008, principios del 2009. No se asusten si ven cosas como MySpace o MSN. No retrocedimos en el tiempo.
La vida en sociedad ha cambiado y mucho, sobretodo con el ingreso en la comunicación cotidiana de las llamadas nuevas tecnologías. Estas han traído aparejada una mediatización de la vida cotidiana, del hecho social. Mientras escuchaba el tema Videotape de la banda inglesa Radiohead, el cual habla justamente de esto, de un individuo que registra cada segundo de su vida en una cámara, por lo que deja de vivir el momento y pasa simplemente a registrarlo. A tal punto llega esta obsesión por registrar cada momento de su vida que el decide dejar de vivir y registrarlo. A esto es a lo que me refería con el título de este artículo, con la “mediatización” de la vida moderna.
Razonando sobre este mismo tema, un
autor que en este momento no logro recordar puso un ejemplo que si
bien puede parecer que esta un poco caricaturizado explica muy bien
esa realidad. El ejemplo tiene como sujeto al cliché de los turistas
asiáticos que van a todos lados con sus cámaras de fotos y las
utilizan para registrar todo. Ahora, pongamos a un grupo de estos en
un Museo o algún lugar de interés, el cual difícilmente puedan
recorrer entero en una sola visita y sin lugar a duda veremos que
sacarán fotos de todo lo que puedan de una manera muy rápida para
poder abarcar lo más posible. Esa persona que registró todo en su
cámara de fotos no vivió el momento presencial de apreciar la obra
o lo que tuviera enfrente, simplemente tomó registro de ella. Y la
apreciación de la obra la hará cuando vuelva a su país, revele las
fotos (o en el caso de una cámara digital las imprima o simplemente,
las vea en la pantalla de su computadora) pero no será una
apreciación presencial sino mediatizada, es decir a través de un
medio (la cámara). Lo que conlleva un problema, un problema que la
propia palabra “medio” trae, y es que justamente por medio se
entiende como “una parte de…” entonces lo que el individuo
percibe cuando llega a su casa y ve las fotos de las obras no es la
obra en si, sino, tan solo una parte de ella, por lo que hay todo un
aspecto de la obra que se pierde en esa mediatización de ella y la
percepción deja de ser completa.
Viniendo más cerca aún, las
relaciones en la actualidad están totalmente mediatizadas, el msn,
los mensajes de texto, la alta popularidad en la web de sitios de
relacionamiento como myspace, facebook, lastfm u otros también lo
comprueban, son sitios que se dedican casi exclusivamente a
mediatizar la comunicación entre las personas. Lo que trae consigo
cosas positivas y negativas. Entre las cosas positivas, permite la
comunicación de personas de todas partes del mundo entre sí
generando una especia de gran comunidad global en la cual uno forma
parte, pero por el otro lado, estos sistemas son formas impersonales
de comunicación y también generan una fuerte dependencia del medio
para poder comunicarse con otros. Lo que podría provocar que poco a
poco se vayan perdiendo las habilidades de comunicación oral, cara a
cara, que una persona aprende durante su vida. Es por esto que
podemos ver personas que se sienten excluidas o “fuera del mundo”
sino tienen acceso a alguno de estos medios recién mencionados. Por
poner un ejemplo claro, una persona sin celular o internet en la
sociedad actual probablemente se sentiría excluida del mundo. Se
convertiría en un “marginado tecnológico”.
Pero volviendo al tema de las fotos y
el registro del momento, el momento en estos casos se convierte
simplemente en un registro que será revivido luego, pero el problema
es que en algunos casos como en el de la canción, al dedicarse a
registrar todo, vivir el momento pasa a ser algo meramente secundario
y registrarlo pasa a ser lo primordial en la vida de la persona, lo
que muestra un claro cambio de prioridades. Pasa a ser más
importante el “registrar que estuve aquí” que el propio “estar
aquí”.
Este es un cambio real en la sociedad
que para bien o para mal ha llegado para quedarse y es consecuencia
directa de la fuerte dependencia y expectativas que el hombre ha
puesto en las nuevas tecnologías y las nuevas formas de
relacionamiento.